Amada Santos ha asumido un gran reto profesional en la obra 'Después de Fedra' donde cumple el deseo de la actriz de acometer un monólogo de tipo clásico, con un personaje femenino del corte de Fedra. Paripé Teatro ha alumbrado esta criatura, con Pedro Lendínez como responsable de la dramaturgia y de la dirección.
'Después de Fedra' suma meses de un trabajo intenso que mostrará sus resultados en tan solo unos días. «Ha sido necesario estudiar el texto -en prosa, pero muy musical, casi tirando al verso-; pero antes había que investigar en el personaje; luego han seguido los ensayos. Ha sido mucho esfuerzo, y seguimos. Además en esta ocasión me encargo de toda la producción, de buscar patrocinios, etc., algo que no había hecho antes», comenta la actriz. Respecto al montaje, Amada Santos destaca que el público se encontrará ante una Fedra «que está y no está a la vez». Y es que el montaje comienza justo en el punto en el que termina el mito, tras la muerte de su hijastro, Hipólito. «Aparece -continúa la actriz- el alma de Fedra, que deambula por el espacio. Se intuye que es su alma, que se quita toda la culpa y la carga por la que ha sido machacada durante toda su vida; por desear, amar y sentir algo impuro a los ojos de los otros; es una bajada a los infiernos. También está ligado al tema de la igualdad de género.».
La actriz reconoce que ha sido duro afrontar este proyecto, sobre todo por esa carga añadida de encargarse de la producción. «Ha habido momentos -destaca- que he estado a punto de desbordarme, pero siempre he intentado mantener el equilibrio. Esto parece una boda, o como si fueras a parir (ríe). Ahora lo que quiero es que la gente se siente en la butaca y disfrute durante algo más de una hora, que es lo que dura la obra. He tenido la sensación de haber volado con el personaje a mi lado, y ahora lo que quiero es que el público se emocione conmigo y con lo que vean en el escenario».